miércoles, 27 de febrero de 2013

San Gabriel de la Dolorosa

 San Gabriel de la Dolorosa, Confesor.



San Gabriel de la Dolorosa, que fue clérigo profeso de la Congregación de los clérigos regulares descalzos dde la Santísima Cruz y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, nació en Asís el 1° de marzo de 1838.

Fueron sus padres Santos Possenti, gobernador a la sazón, e Inés Frisciotti, religiosísimos y honrados.

A los tres años quedo huerfano de madre.Obedientísimo a su padre, era muy compasivo con los pobres. Su nombre era Francisco. Aprendio las primeras letras en las escuelas de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, donde hizo su primera comunión con gran fervor. Desde aquel día no dejó de frecuentar el sacramento eucarístico. Pasó a estudiar humanidades y filosofía al colegio que en Espoleto dirigían los PP. de la Companía de Jesús. En él dió muestras de su piedad fervorosa y de su amor acendrado a la pureza.

Así y todo, era naturalmente inclinado a la vanidad de los trajes y a las diversiones que sin ser ilícitas, suele proporcionar el mundo bien que Dios que le quería Santo y le llamaba a la perfección, le guardó de caer en cualquier pecado grave.


Por dos veces al salir de la gravísima enfermedad prometio a Dios abrazar la perfección, y por dos veces se olvidó. Renovó el propósito al salir ileso de un peligro en la caza. Olvidóse también. Llámale Dios nuevamente con la muerte casi repentina de María su hermana a la que quería entrañablemente. Pidió licencia a su padre para entrar en religión. Disuadióle su padre con la esperanza de un casamiento ventajoso por lo cual volvió Francisco a distraerse y a ocuparse en las manos del mundo.


Pero Dios lleno de bondad y misericordia atrájole nuevamente con ocación de la fiesta solemne que el día 15 de agosto dedica Espoleto a una imágen antiquísima de la Virgen de gran veneración. Porque en el año 1856 durante la procesión que se hizo en aquel día, vió Francisco a la Virgen que le miraba benignamente y le dió a entender claramente que su vida no era en el mundo sino en la religión. Desde ese momento experimentó un cambio radical.


Consultó a varios religiosos y finalmente vió que era voluntad de Dios que entrara en la congregación de la Santísima Cruz y Pasión de N.S.J.C. Obteniendo el consentimiento de su padre, voló, acompañado de su hermano Luis, dominico al noviciado de Morovalle el 7 de septiembre del mismo año y dejado el nombre de Francisco tomó el de Gabriel de la Dolorosa.





Trocado el nombre, trocóse en otro hombre. En aquel punto aborreció al mundo y todo lo que a él se refiere, rompió toda clase de relaciones y ni aun, sin mandato, quería escribir a su familia. Observó todas las reglas, aún las mas pequeñas, con una puntualidad admirable.


Hizo los votos perpetuos el 21 de septiembre de 1857. De Morovalle pasó a la aldea Privotoriana en julio de 1858 a causa de los estudios y en julio del año siguiente pasó a Insula para comenzar los teológicos. El 25 de mayo de 1861 recibió la tonsura. Fué su fe cada vez más viva y encendida, leía de rodillas la Sagrada Escritura, fué en la oracion constante, en la práctica de todas las virtudes admirable lo que no empedecíaser sumamente amable y atento con los demás. Su unón con Dios fue tiempo adelante más estrecha, sólo le preocupaba el pensamiento de si en algo disgustaba a Dios.





Al acostarse ponia la cruz sobre su pecho, pensando en ella pensaba en la Comunión y cuando hablaba al referirse a la Cruz de Cristo hacía derramar lágrimas a los que le oian. Fue ardientemente devoto del Corazón de Jesús. Nunca habló mal de nadie, de los malos e inprefectos se compadecía y hacía cuanto estaba en su mano en favor de los pobres, riguroso en la pobreza religiosa, admirable en la humildad y angelical en la pureza.


En esta veloz carrera de santidad, un vomito de sangre ocurrido el 17 de feberero de 1862 le atajo los pasos. Deshuciado de los médicos recibió, con gran regosijo de su alma, el viático, resignadísimo a la muerte pidió la Extrema-Unción.



El 27 de febrero fué su último día. Al acercarse la hora de su partida, oró con gran fervor, acudió a la Virgen de los Dolores, apretó contra su pecho el crucifijo y pronunciando los nombres de Jesús, María y José murió placidamente.


Fue muy visitado su sepulcro, no pocos los favores que muchos recibieron al implorar su intercesión. En junio de 1908 fue beatificado y canonizado el 13 de mayo de 1920.







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Reflexión: En medio de la corrupción de costumbres puedes admirar como todavía florece la santidad y darte cuenta de que para alcanzarla no se requieren visiones, milagros ni grandes potencias, sinó ser dócil a las gracias que dá Dios a cada uno según su propio estado.


OraciónOh Dios, que enseñaste a san Gabriel de la Dolorosa a meditar asiduamente los dolores de tu dulcísima Madre, y le concediste alcanzar por ella las cumbres de la santidad. Concédenos a nosotros, por tu intercesión y ejemplo, vivir tan unidos a tu Madre Dolorosa que gocemos siempre de su maternal protección. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


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Fuente: Flos Sanctorum

miércoles, 20 de febrero de 2013

El anuncio de su Pasión





¡Oh Jesús! Dame luz para comprender el misterio del sufrimiento y su valor. 

Ante la proximidad de la Cuaresma, tiempo penetrado totalmente por el recuerdo de los padecimientos de Jesús, el Evangelio del Domingo de Quinquagésima (Lc. 18,31-43), (según el calendario antiguo del rito romano), nos anuncia ya su Pasión. La predicción es bien clara. “El Hijo del hombre será entregado a los gentiles y escarnecido e insultado y escupido, y después de haberle azotado le quitarán la vida y al tercer día resucitará”; pero, igual que otras veces, los apóstoles “no entendían nada de esto, eran cosas inteligibles para ellos”.

 No entendían porque creían que la misión de Jesús era la de un conquistador terreno que venía a establecer de nuevo el reino de Israel; por eso no soñaban más que en triunfos y, al estar preocupados solamente por ocupar los primeros puestos en el nuevo reino, cualquier alusión a la Pasión los asustaba y escandalizaba. Para los que sólo piensan en la prosperidad y en la gloria terrena, el lenguaje de la cruz es incomprensible. Para los que tienen una visión material de las cosas resulta muy duro el entender el significado espiritual y aún más difícil comprender el significado del sufrimiento. Ya San Pablo decía que Cristo crucificado era “escándalo para los judíos y locura para los gentiles” (I Cor. 1,23).

Y cuando San Pedro, ante el primer anuncio de la Pasión, exclamó: “No quiera Dios, Señor, que esto suceda”, Jesús le reprendió diciéndole sin más: “Vete de ahí, quítateme de delante, Satanás…, pues tus miras no son la de Dios, sino la de los hombres” (Mt. 16, 22-23). Para la sabiduría de los hombres el sufrimiento es locura incomprensible, es cosa que desconcierta, hasta hacerles perder su confianza en Dios e inducirles a murmurar de la Divina Providencia. Por el contrario, para la sabiduría según Dios, el sufrimiento es un medio de salvación y de redención. Y así como fue “necesario que el Mesías padeciese para entrar en su gloria” (Lc. 24,26), del mismo modo es necesario que el cristiano pase por el crisol del sufrimiento y del dolor para llegar a la santidad y a la vida eterna.

 “¡Oh Hijo del Padre Eterno, Jesucristo, Señor Nuestro, Rey verdadero de todo! ¿Qué dejasteis en el mundo que pudimos heredar de Vos vuestros descendientes? ¿Qué poseísteis, Señor mío, sino trabajos y dolores y deshonras y aún no tuvisteis sino un madero en que pasar el trabajoso trago de la muerte? En fin, Dios mío, que los que quisiéremos ser vuestros hijos verdaderos y no renunciar la herencia no nos conviene huir del padecer. Vuestras armas son cinco llagas. Ea, pues, hijas mías, esta ha de ser vuestra divisa, si hemos de heredar su reino; no con descansos, no con regalos, no con honras, no con riquezas se ha de ganar lo que Él compró con tanta sangre. ¡Oh, gente ilustre, abrid por amor de Dios los ojos; mirad que los verdaderos caballeros de Jesucristo y los príncipes de su Iglesia, un San Pedro y un San Pablo, no llevaban el camino que lleváis! ¿Pensáis por ventura que ha de haber nuevo camino para vosotros? No lo creáis” (Santa Teresa de Jesús).



 Fuente: Cf. P. Gabriel de S. M. Magdalena, o.c.d, Intimidad Divina - DIFUNDIDO: http://www.arcadei.org/blog/

jueves, 14 de febrero de 2013

Miercoles de Ceniza



Los cuatro últimos días del Tiempo de Septuagésima fueron declarados de ayuno por San Gregorio Magno, en el siglo VI, para completar con, ellos el número cuarenta del ayuno cuaresmal. Por eso el miércoles de ceniza lleva en la liturgia el título oficial de caput jejunii (comienzo del ayuno), como el primer domingo de Cuaresma llevaba en los antiguos Sacramentarios el de caput Quadragesimae (comienzo de la Cuaresma). No es, pues, el miércoles de ceniza al principio de la Cuaresma, sino del ayuno cuaresmal.

Ya en el siglo IV, y mucho antes por lo tanto que San Gregorio eligiera el Miércoles de Ceniza para inaugurar los ayunos de Cuaresma, tenía este día un carácter penitencial; pues señalaba para los pecadores públicos el principio de la penitencia canónica, que debía terminar el Jueves Santo con la absolución de los mismos. 


Los penitentes se presentaban por la mañana en el templo para confesar sus pecados, y si éstos habían sido graves y públicos, recibían del penitenciario un hábito forrado con áspero cilicio y cubierto de ceniza, con el que se retiraban a un monasterio de las afueras de la ciudad, para cumplir la penitencia cuadragesimal .

Al desaparecer, hacia el siglo XI, la práctica de la penitencia pública, la imposición de la ceniza que hasta entonces sólo recaía sobre los penitentes, empezó a hacerse general para todos los fieles y convirtióse en el rito actual.

Por lo mismo que estos cuatro días no pertenecen propiamente a la liturgia de Cuaresma, se rigen como todos los anteriores por las rúbricas de la Septuagésima, si bien gozan del privilegio de la Misa "estacional" propia, con su correspondiente "oración sobre el pueblo", de que luego hablaremos. Las Vísperas del sábado, como primeras de Cuaresma, tienen lugar antes del medio día.








Fuente: http://www.statveritas.com.ar/Liturgia/Miercoles%20de%20Ceniza.htm

domingo, 10 de febrero de 2013

La terrible carta de Santa Gema Galgani





La carta de santa Gema está fechada el 13 de octubre de 1901, y la dirige, por mandato del Cielo, al que sería su director espiritual, el P. Germán de san Estanislao, pasionista. Leerla en clave de pasado es, a mi parecer, un grave error. Lo que subyace detrás es el binomio pecado-castigo, conversión-paz. Esta perspectiva abre vías preocupantes sobre los tiempos actuales, pero quizá por ello es más realista. Y de nuevo exigencias de un blog obligan a traer a colación esta carta -mencionada en el anterior artículo- sin más ayuda que la que deparen las negritas. Dejo para el siguiente post su comentario.


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Carta de Santa Gema Galgani


Padre mío: no puede imaginarse la de veces es que en estos días habré tomado la pluma en la mano para escribirle. Me parece que son muchas las cosas que tengo que decirle, pero siento tal repugnancia en decirlas, que no se lo puede figurar. Y hace más de diez días, padre mío, que he recibido que Jesús el mandato de decirle estas cosas que quiero decirle, pero que ni aún a Jesús obedezco.

Antes de todo he pedido a las muchas almas buenas que rezasen a Jesús, para que Jesús antes que nada me diese fuerzas para escribir cosas que tanta repugnancia me causan; luego, que preparase el corazón de mi padre (si es verdaderamente Jesús) para que esté dispuesto a contentar al Corazón Sacratísimo de mi Jesús, y a darle la satisfacción que este Corazón tanto demanda; además... oh, padre, padre, ahora mismo es tal mi repugnancia, que me parece imposible seguir adelante. Acabo de estar con monseñor, que me ha dado permiso para escribirle con toda libertad…

No sé por dónde empezar pero Jesús me ayudará. Hace varios días que después de la Sagrada Comunión Se deja sentir de tal manera que apenas puedo resistirlo, y me siento morir; me habla de ciertas cosas, queha sido necesario toda la buena voluntad de Jesús para hacérmelas entender. Hará unos diez días que, apenas recibido, me hizo esta pregunta: "Dime, hija, ¿me amas mucho?"... ¿Y que responder a esto, padre mío?... El corazón respondió con sus palpitaciones. "Y si me amas -añadió-, ¿harás cuanto Yo quiero?”... También a esto el corazón respondió, manifestando el deseo que tenía. “Es un negocio importante, hija mía: tienes que comunicar cosas grandes a tu director”… A lo que, padre mío, respondí con estas palabras: “¡Oh, Jesús! –le dije- por caridad: no mandéis que vaya a monseñor; ya sabéis bien, ¡oh, buen Jesús! que éste no hace caso de las cosas de mi fantasía”. Y Jesús entonces: “No, no; quiero que te dirijas a tu padre (su director espiritual el P. Germán). Espero que él ha de dar a mi Corazón la satisfacción que deseo”.



santa GemaY me parece que siguió diciendo: “Hija mía –exclamó suspirando- ¡cuánta ingratitud y malicia hay en el mundo! Los pecadores siguen viviendo en la pertinaz obstinación de sus pecados. Mi Padre no les puede tolerar por más tiempo. Las almas viles y flacas no se hacen ninguna violencia para vencer la carne. Las almas afligidas se amedrentan y desesperan. Las almas fervorosas poco a poco van cayendo en la tibieza. Los ministros de mi santuario…” Al decir estas palabras Jesús se paró, y luego prosiguio: “A ellos a quienes he confiado la continuación de la obra de la Redención…” Jesús se volvió a callar de nuevo… “A esos támpoco mi Padre puede tolerarlos ya. Yo les doy continuamente luz y fuerza, pero ellos… Ellos, a quienes yo he tratado siempre con particular predilección; ellos, a los que siempre he mirado como a la pupila de mis ojos”… Jesús se volvió a callar y suspiró. “Constantemente, sólo recibo de las criaturas ingratitud y malos tratos; la indiferencia va cada día en aumento, nadie se arrepiente. Y Yo, en cambio, desde el cielo, no hago sino dispensar gracias y favores a todas las criaturas; luz y vida a la Iglesia; virtud y poder a quien la dirige; sabiduría a los encargados de ilustrar a las almas envueltas en tinieblas; constancia y fortaleza a las que deben seguirme; gracias de todas clases a cuantos justos y aún pecadores yacen escondidos en sus antos tenebrosos; hasta allá dentro hago yo llegarles mi Luz, allí les enternezco y hago lo posible para convertirles… Más ellos… ¿Cuál es el fruto de mis afanes? ¿Qué correspondencia hallo en las criaturas por mí tan amadas? Al ver lo que veo, me siento traspar de nuevo el corazón”… ¡Oh Jesús! Pero vayamos adelante, padre mío… “Nadie se cuida ya de Mi amor; Mi corazón está olvidado, como si nada hubiese hecho por su amor, como si nada hubiera padecido por ellos, como si de todos fuera desconocido. Mi corazón está siempre triste. Solo Me hallo casi siempre en las iglesias, y si muchos se reúnen, lo hacen con motivos bien distintos de los que Yo quisiera; y así tengo que sufrir viendo a mi Iglesia convertida en teatro de diversiones; veo que muchos, con semblante hipócrita, me traicionan con comuniones sacrílegas”…

manuscrito de la autobiografía de santa Gema quemada por el demonioJesús habría continuado, pero yo me vi obligada a exclamar: “Jesús, Jesús, yo no puedo más!... ¡Si pudiese!...”

Jesús estaba conmovido; se paró un poco, y luego prosiguió dulcemente: “Hija, tengo necesidad de almas que Me consuelen, cuando son tantas las que Me disgustan. Tengo necesidad de víctimas, pero víctimas de verdad. Para calmar la ira divina y justa de mi Padre celestial, necesito almas que con sus padecimientos, tribulaciones y asperezas, satisfagan por los pecadores y los ingratos. ¡Oh, si pudiera hacer comprender a todos cuan irritado está mi divino Padre contra el mundo!... Nada hay capaz de contenerlo. Esta preparando un castigo terrible para todo el género humano.¡Cuántas veces he tratado de calmarlo! La vista de mi cruz y mis padecimientos no son ya bastante a contenerlo. Muchas veces Le he calmado presentándole un grupo de almas escogidas, de víctimas heróicas. Sus penitencias, sus asperezas y sus actos heróicos Le han aplacado. También ahora para aplacarlo Le he presentado alguna de estas almas, pero Él me dice: “ No, no puedo más.” Y es que estas almas, hija mía, no pueden bastar para tanto. Son pocas.”

Se me ocurrió entonces preguntarle: “¿Y cuales son esas almas?” A lo que Jesús: “Las hijas de mi Pasión.” Quedé asombrada, porque yo pensaba si serían las sepultadas vivas, por ser las más escondidas. Jesús continuó. “Si supieras, hija mía, cuántas veces he visto calmarse a mi Padre, presentándole estas almas!.. pero ahora son muy pocas, no son suficientes.”

Yo callaba: “Hija mía –me dijo- escribe inmediatamente a tu padre y dile que vaya a Roma, que exponga este deseo mío al Santo Padre, que le diga que un gran castigo amenaza al mundo, y que necesito víctimas. Mi padre celestial está sobremanera indignado. Yo os aseguro que si dan a mi corazon la satisfacción de hacer aquí en Luca una nueva fundación de religiosas Pasionistas, aumentando así el número de estas almas, las presentaré a mi Padre, y Él se aplacará. Dile que éstas son mis palabras, y que será el último aviso que Yo le doy, habiendo manifestado sobradamente mi voluntad. Di a tu padre que me de esta satisfacción.”






FUENTE:  http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=13999

Cuatro fines de la Santa Misa

Los fines que se alcanzan con la asistencia al Santo Sacrificio de la Misa


miércoles, 6 de febrero de 2013

Religiosas de la Pasión de Jesucristo




Las monjas ofrecen su incesante oración y su alegre penitencia 
a fin de que Dios envíe operarios a su Iglesia  y convierta los corazones de los pecadores.



Las Religiosas de la Pasión de Jesús (Monjas Pasionistas) fueron fundadas por San Pablo de la Cruz con la colaboración de la Madre María Crucificada de Jesús(Costantini) en 1771, en Tarquinia (Italia). La intención de los fundadores era dar vida a “un monasterio de almas grandes y santas, muertas a todo lo creado y que se asemejasen en las santas virtudes de penitencia y mortificación a Jesús Apasionado y a María Santísima Dolorosa”. Es así que las Monjas Pasionistas están llamadas en la Iglesia a ser signo del Amor de Jesús Crucificado hacia su Padre y hacia la humanidad.

Convencidas de la necesidad de la divina gracia para que el apostolado sea fecundo, las monjas ofrecen su incesante oración y su alegre penitencia a fin de que Dios envíe operarios a su Iglesia y convierta los corazones de los pecadores. Como respuesta al infinito amor de Dios manifestado en la Pasión de Jesús, profesan un cuarto voto de promover la memoria de la Pasión del Señor. Algunos monasterios permiten pasar entre sus muros días de retiro espiritual, sobre todo para los jóvenes que buscan discernir su vocación en la vida. Si lo solicita el Obispo, también imparten catequesis a la niñes.







Autor: Melina Pesci | Fuente: http://www.pasionistas.net/ 

lunes, 4 de febrero de 2013

Santa Gema Galgani - Breve biografía

SANTA GEMA GALGANI
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 Sufrió la Pasión por amor a Jesús y a los pecadores.
Fiesta: 11 de abril
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DATOS PRINCIPALES
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Nació en 1878. Sufrió grandemente por su precaria salud y el desprecio de quienes rechazaban sus prácticas de devoción, éxtasis y otros fenómenos. Vivió para Jesús, Su Santísima Madre y para rescatar a los pecadores.
Tuvo periódicamente las estigmas de la Pasión y las llagas de la flagelación en todo su cuerpo.
Padeció ataques físicos del demonio y tuberculosis en la espina dorsal. Las pruebas no pudieron separarla de su comunión con Nuestro Señor sino que mas bien la fortalecieron.
Queriendo ser pasionista, no se le permitió por su delicada salud. Murió en
Lucca
, ciudad donde vivió casi toda su vida. Era un Sábado Santo del año 1903. Tenía solo 25 años.
Fue beatificada en el año 1933 y canonizada en 1940 como santa pasionista.



EXTRAIDO DE: http://www.corazones.org/santos/gema_galgani.htm